La Terminal es la historia de Viktor Navorski, un turista que llega a Nueva York de la Europa Oriental, cuyo país natal sufre un feroz golpe de estado mientras él vuela a Estados Unidos de América. Varado en el Aeropuerto Internacional John F. Kennedy con un pasaporte sin validez, no se le permite entrar al país y debe improvisar sus días y noches en la sala de tránsito internacional de la terminal hasta que la guerra en su país termine.

A medida que las semanas se convierten en meses, Viktor descubre que el universo comprimido de la terminal es un mundo rico y complejo lleno de situaciones absurdas, generosidad, ambición, diversión, niveles sociales, buena suerte y hasta un idilio con una bella azafata llamada Amelia. Pero Viktor hace rato agotó la bienvenida inicial que le diera el oficial del aeropuerto, Frank Dixon, quien lo considera una falla burocrática, un problema que no puede controlar pero que quiere borrar desesperadamente.

Basada en una anécdota real sobre un pasajero que fuera detenido en un aeropuerto y que finalmente terminó viviendo varios días dentro de la terminal, la película más reciente del cineasta Steven Spielberg evoca un estilo más convencional que anteriormente había trabajo en Atrápame si Puedes. Ambas cintas representan un retorno al Spielberg de finales de los 70 y principios de los 80, en cintas como Duel y Sugarland Express; más enfocado en la sustancia que en la forma.

Apoyado en un reparto excepcional (Tom Hanks, Catherine Zeta-Jones y Stanley Tucci) que incluye al joven actor mexicano Diego Luna, La Terminal presenta una historia emotiva y con discretas críticas a la sociedad estadounidense. El único pero que encontramos es un ligero manejo inconsciente de situaciones y personajes, que favorecen el machismo, la diferencia de clases e incluso el racismo.

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